Nos pasamos el día pensando cosas, por nuestra mente divagan pensamientos que vienen y van, pueden ser del pasado, que nos traen emociones de añoranza y melancolía, o tal vez pueden ser pensamientos del futuro, que nos traen emociones estresantes y ansiosas.
Por tanto, debemos ser conscientes que todo pensamiento, genera automáticamente una emoción en nuestro ser y va a determinar nuestro estado de ánimo, influyendo en las sensaciones que nos impulsen a actuar posteriormente.
Estamos constantemente buscando el éxito, la aprobación, la felicidad… en todas partes, y no nos damos cuenta que mientras nuestra mente está divagando, perdida por los pensamientos y rumiaciones, se nos escapa el momento presente, que es la única realidad donde podemos actuar con plena consciencia.
Debemos dejar de buscar fuera, para empezar a hacer una mirada a nuestro interior.
¿Cómo explicarles a los niños/as qué es la atención plena?
A veces nuestra mente actúa como un mono, que va saltando de rama en rama, de pensamiento a pensamiento, y si la seguimos constantemente, nos podemos perder por la selva de los pensamientos y acabamos agotados. Por eso, en mindfulness ofrecemos anclajes, formas de parar, de anclarnos en el momento presente, de conectar con nuestra respiración o sentir las sensaciones corporales, para ayudarnos a ser amigos de nuestra mente mono.
Si los niños/as conocen mejor como funciona su mente, podrán comprender mejor sus emociones y al mismo tiempo gestionar sus acciones con mayor facilidad. De esta forma, ayudamos a cultivar niños/as más sanos y felices emocionalmente, con capacidad para afrontar los conflictos tanto internos como externos.
Pero, ¿cómo explicarle a un niño/a como funciona la mente?
Siguiendo a Susan Kaiser podemos utilizar la metáfora de la bola de nieve, nuestra mente es el agua de la bola, dentro están las bolitas de nieve que simbolizan las emociones y pensamientos. Si tenemos una mente clara y tranquila, las bolitas se posan en el fondo de la bola y no enturbian el agua. Pero si estamos nerviosos o dispersos nuestra mente está agitada,al igual que el movimiento de las bolitas dando vueltas y vueltas.
Recuerda que un pensamiento se alimenta de nuestra atención. Por ello, debemos ser conscientes de qué queremos alimentar, ¿dónde estás poniendo tu atención plena?
Actividades Mindful para tener una mente más clara y tranquila:
Para trabajar con los niños/as la gestión atencional de los pensamientos en el aula, en Mindala hacemos actividades como:
– Práctica Mi mente azul: Empezamos con una práctica de mindfulness durante unos minutos en silencio, cerramos los ojos, poniendo atención a nuestra respiración y observando como los pensamientos aparecen en nuestra mente y del mismo modo se van. Podemos visualizar nuestra mente como un gran cielo azul, donde vemos pasar las nubes, que serían los pensamientos. Las nubes vienen y van, cada una de diferentes formas y ritmos. Hay nubes más claras y nubes más oscuras, todas diferentes, al igual que hay diversidad de pensamientos. Pero nosotros solo observamos su movimiento… como aparecen, recorren nuestra mente y desaparecen… vienen y van… aceptando que todas las nubes forman parte del cielo, aceptando que yo no puedo parar mis pensamientos, pero si puedo elegir observar el que más me agrade. Nuestro objetivo no es eliminar los pensamientos, al igual que no podemos tener un cielo sin nubes, pero si podemos ser los observadores de nuestra gran mente azul.»Inhalo, y soy consciente de que estoy inhalando, y exhalo y soy consciente de que estoy exhalando»… «Mi mente está clara y serna como el gran cielo azul».
– ¿Que tengo en mi mente? En un folio vamos a dibujar un bocadillo de pensamiento y dentro de él un pensamiento que nos aparezca en nuestra mente con frecuencia y no nos haga sentir bien. Por ejemplo: «todos se ríen de mi», «nunca tendré amigos» , «nunca aprobaré el exámen». Luego compartir en grupo y explicar como me siento.
–Visualización: El árbol de los pensamientos. Teniendo en cuenta que nuestro objetivo no es tener una mente vacía de pensamientos, porque eso es imposible, sino ser conscientes que pensamientos recurrentes nos invaden, vamos a realizar una visualización guiada del árbol de los pensamientos. Es un árbol que se encuentra en nuestro jardín interior, por ello llegamos a él a través de la respiración, y nos puede ayudar a dejar colgados los pensamientos que nos perturban en sus ramas, para centrar nuestro foco de atención en otros pensamientos más agradables, ayudándonos a sentir la calma y bienestar de una mente tranquila.
– Mindfulness interpersonal: El árbol de los pensamientos: Podemos terminar la sesión elaborando un mural grupal con un gran árbol de los pensamientos, donde los niños pongan en las raíces sus pensamientos agradables «yo me siento bien» «yo soy feliz» «yo puedo conseguir lo que me proponga» como semillas que plantan, y en la copa las emociones o cualidades «alegría» «felicidad» «amabilidad» «gratitud» como frutos que quieren conseguir.
Son unas actividades Mindful muy bonitas para que los niños/as empiecen a poner conciencia a sus pensamientos de forma que se cultiva la atención plena y la aceptación de uno mismo conectando cuerpo-mente-corazón.
¿Te ha gustado el post? Puedes compartilo, o animarte y contarme que actividades haces con los niñ@s para cultivar una mente serena.
Coral Selfa García
Psicóloga, Especialista en Mindfulness y Educación Consciente